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 Nota facilitada por: Maguie




 

El ombligo de Venus
Edith González Fuentes
15 de febrero de 2007

¡Auxilio! ¡SOS! Primero conocimos lo ignorado: una grabación del PRD, en la cual se mostraba un acto político de AMLO. El material se sumó al interés de la opinión pública gracias a que la Secretaría de Gobernación prohibió su difusión. Uno de los mandatarios que despacha en las calles de Bucareli nos dijo que la medida se tomó en virtud de que el contenido del programa violaba principios de la Constitución. En menos de dos días, la SEGOB aceptó transmitir en el tiempo oficial el mensaje político del PRD. Ahora el argumento del mandatario de la SEGOB: "es para promover el diálogo". Antes de reflexionar, conveniente sería que alguien nos explique si tenemos que romper el orden constitucional para sentarnos a dialogar; por favor.

¡Auxilio! Llegó su turno al Día del Amor. Mágica palabra, mágico sentimiento, mágica realidad. El 14 de febrero obsequiamos a nuestros amores, sobre todo al amor con el que pensamos compartir intimidad y vida. Total, eso de que el dinero se mueve con las fiestas no es una novedad. El reciclar dinero era una de las causas de los carnavales y festejos religiosos; la costumbre continúa.

Lo cuestionable es que caemos en un círculo vicioso sin fin. Lo caro, el regalo, se imponen al detalle, al suspiro. Gran parte de nuestra vida la hacemos alrededor del amor. Las obras de teatro, el cine, las novelas, las telenovelas, las canciones, casi todo tiene que ver con el amor.
En la actualidad se descubre que el amor es un impulso provocado por la acción de neurotransmisores o que los recién enamorados más que felicidad padecen depresiones. Los individuos lo intentan una y otra vez. Los divorcios aumentan día a día, los poemas disminuyen, las serenatas escasean y las muestras de afecto regalando una tarjeta con texto impreso suplantan nuestra iniciativa. Hoy se canta una de Manzanero y al rato, el bárbaro golpea sin piedad a su amor.

De los celos, emoción destructiva, ni hablar; unos fundados y otros infundados, se vociferan en nombre del amor. De novio al cine, a la feria, los arrumacos y las promesas abundan; después de dos años de casados: desprecios, infidelidades, humillaciones. En lugar de ver los restaurantes llenos, me gustaría ver los parques sin cupo para un alfiler, con cientos de parejas compartiendo una sonrisa, un beso, compartiendo amor e ilusiones en el día del amor.
Este día podría servir para pensar -no filosofar- acerca del amor. ¿Cuál es mi compromiso con él? ¿Para qué sirve el amor? ¿Cómo trato a mi pareja? ¿Qué planes tengo para superar en pareja los dos primeros años de hacer vida común? ¿Cuántas partes de mi cuerpo se echan a andar con el amor? Y varias más, las que a cada quien se le ocurran. La condición: contestarlas con sinceridad, con compromiso. Olvidábamos que el amor, en su práctica, tiene varias dimensiones: el amor filial, el fraterno, para los amigos, el materno y paterno. Tengamos la sabiduría para darle a cada dimensión del amor su lugar, su valor especial, su trato singular.

Pese a que en la política no se menciona, el amor tendría una importancia relevante en el desempeño de los mandatarios tanto nacionales como internacionales. Imaginen un trato con el látigo del desprecio y nunca las atrocidades impregnadas de odio en Irak. Que en las matanzas de civiles el mundo se rebele con amor y no acepte la explicación de que fue una falla técnica o tonterías por el estilo. Serviría de mucho entender que en la vida social del mundo, la palabra amor debería ser parte fundamental para administrar el bien público, para respetar el dinero público, para dirigirse con respeto a los mandantes y para tolerar y aceptar las diferencias, para respetar el derecho a la vida y al bienestar. ¿Sueños? No lo sé. ¿Por qué no intentarlo? ¿Quién dice que tiene la última palabra sobre el amor?

Un ligero parpadeo: se intenta perjudicar al maestro Francisco Toledo. Esta cacería me recuerda el texto de Arthur Miller "Las Brujas de Salem". El maestro Toledo es de los pocos intelectuales comprometidos con su comunidad, gracias a él Oaxaca se ha enriquecido con una intensa vida cultural. Divergir de él en política no le resta seriedad a su tarea social.

El Universal (15 de Febrero de 2007)
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