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 Nota facilitada por: Maguie




 

ENTRE EL DESALIENTO Y LA CONFUSIÓN POLÍTICA

El ombligo de Venus
Edith González Fuentes
03 de abril de 2007

Es temprano, casi raya la madrugada... recado de mi asistente: “Urge salir al aeropuerto”. Varias manifestaciones amenazan con ahorcar las arterias de la ciudad.

Tomar el avión para seguir gozando el éxito de Aventurera (no lo digo por falta de modestia y sí va mucho de orgullo).

La acogida (aunque suene a albur) que tenemos en cada plaza donde la presentamos nos embriaga como el mejor vino. No por nada ya son 10 años de éxito. Somos un poquito como las Chivas: un equipo ganador de puro mexicano.

Retomando... efectivamente, estaban clausuradas varias vías primarias. El motivo: cientos de personas se manifestaban debido a la problemática del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

Por más que escucho atentamente a comentaristas no logro encontrar una voz simple y sencilla, un político capaz de explicarme —a mí, Juan Pueblo— las ventajas y desventajas de las propuestas de reformas a la Ley del ISSSTE.

Desaliento y confusión en las calles. ¿Cuáles son los reales intereses detrás de cada postura, de cada partido político? Recuerden, no por nada está la erogación de inmensas sumas de dinero para darle credibilidad y profesionalización a nuestros políticos.

Sucede lo mismo con las famosas reformas estructurales… no las entiendo, no las conozco, ¿a quién creerle?, ¿en qué consisten?, ¿para qué hacerlas? Algo similar sucedió cuando se firmó el TLC, sus bondades serían casi infinitas. Hoy en día sabemos que sólo un pequeño sector de la población se benefició de él. Para comprobarlo no se necesita ser sabio, sólo basta voltear a ver la banqueta o enterarse del número de mexicanos que emigra en busca de trabajo. ¿Dónde está el macroproyecto?

La semana pasada, AMLO denunció los “supuestos” intereses reales detrás de la campaña de la quiebra de Pemex. No existe tal. Lo que se pretende es privatizar. El petróleo sigue siendo un gran negocio, ¿qué hacer?

Al final del día, el Poder Legislativo aprobó la mentada Ley del ISSSTE. Y yo sigo sin entender (creo que igual que la mayoría).

Un amigo que recién llegó al país después de un largo periodo de trabajo en el extranjero, me recomendó que siguiera el debate a través de la prensa escrita. Hicimos el ensayo y con alarma comprobamos lo pobre de los argumentos, pero eso sí, vituperios al alcance de todos, la “emergencia” por aprobar un asunto trascendente para muchos mexicanos, procedimientos extrañamente salvados, reconocimiento de pactos ya negociados, todo mundo opinaba y casi nadie presumía de haber leído el proyecto, nadie, nadie nos dio a conocer las reformas.

Una terrible confesión para la generación de los descreídos: el PLIS es cada día más lírico… más suspirante.

Un breve parpadeo: Carlos Abascal, siempre tan sensible y atinado, declaró con respecto al aborto durante el programa de Carlos Loret que las mujeres somos recipientes de la vida… Sin comentarios.

El Universal (03 de Abril de 2007)
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