Ir a Principal

   N O T A   






 

LOS LIBROS GRATUITOS, UN ACIERTO

(Segunda de dos partes)

El ombligo de Venus
Edith González Fuentes
30 de Agosto de 2007

La semana pasada hablábamos de la trascendencia del acuerdo, durante el gobierno de Adolfo López Mateos, de la edición y distribución gratuita de libros de texto escolares.

Uno de los considerandos para editarlos fue contar con materiales impresos únicos, que permitieran la unidad a través de la educación y que evitaran la diversidad de enfoques en los contenidos, cosa que sí sucedía manejando distintos textos comerciales.

Los libros pues, se hicieron de acuerdo con los planes y programas de la Secretaría de Educación Pública.

Gracias a estos textos —que significaron una inversión millonaria— se llevó a cabo una efectiva redistribución de la riqueza, ya que se abrieron nuevas posibilidades para los niños de escasos, o prácticamente nulos, ingresos económicos, dada la imposibilidad de su acceso a los libros comerciales, y contribuyeron a que muchos más niños estudiaran la primaria.

En 1960 aparecieron los primeros libros de texto gratuitos, abarcando del primero al quinto grados. El sexto los recibió hasta el año siguiente.

La mayoría de la sociedad estuvo de acuerdo con la medida. Claro, no faltaron los opositores que arguyeron, por ejemplo, que:

• Se pretendía adoctrinar a los educandos dentro de la ideología comunista.

• Se buscaba apartarlos de la religión católica.

• La obligatoriedad nulificaba la posibilidad de educar a los hijos con criterios diferentes al oficial.

Las protestas fueron organizadas , entre otros, por el PAN y empresarios y otros involucrados con la industria editorial, la cual veía afectados sus intereses económicos; el primero aprovechó el momento para llevar a cabo una campaña anticomunista.

En las escuelas particulares los programas de estudio se cubren de forma paralela con los libros de texto gratuito y otros comerciales. Hoy los primeros son, quizá porque llegan a todos los rincones del país, los únicos libros con los que cuentan muchas familias.

Inicialmente se repartía un libro informativo y otro de trabajo por cada materia; Lengua Nacional, Aritmética y Geometría, Geografía, Estudio de la Naturaleza e Historia y Civismo. Se incluía un instructivo para los maestros que contenían información sobre las asignaturas que se iban a estudiar.

En 1972 se reformaron estos libros con el objeto de incrementar la actividad del niño en el aprendizaje, se cambiaron las asignaturas por áreas (Español, Matemáticas, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Educación Física, Actividades Artísticas y Actividades Tecnológicas) y desaparecieron los cuadernos de trabajo. Surgen los libros de Plan de Estudios y Programas de Educación Primaria y los Libros para el Maestro, que aclaran los fundamentos de la reforma y las orientaciones metodológicas para las lecciones.

Una nueva reforma se vivió en 1992, la cual pretende organizar la enseñanza y el aprendizaje de contenidos básicos.

México es uno de los pocos países que distribuye libros gratuitos cubriendo la demanda del sistema educativo básico.

Ahora bien, si partimos de las últimas evaluaciones internacionales sobre la educación aquí, la cual es muy deficiente, al grado de que egresan del sistema básico miles de analfabetas funcionales no preparados para enfrentar los retos de la sociedad actual, resulta prioritario revisar los contenidos y alcances pedagógicos de estas publicaciones, que por ningún motivo deben desaparecer, al contrario, deben revitalizar sus importantes y trascendentes objetivos.

Un breve parpadeo: México necesita encontrar un camino, un proyecto. Entendemos que la política también es símbolos, el protocolo del informe presidencial está agotado. Pero existe un mandato constitucional, cúmplase y diseñemos el nuevo que corresponda a la realidad política, a la división de poderes, al espíritu republicano y ocupemos nuestro tiempo en resolver asuntos de mucha mayor trascendencia.

Un brevísimo parpadeo: la jauría política desatada por el huracán “Dean” nos convierte en damnificados a todos.

El Universal (30 de Agosto de 2007)
    H O M E P A G E