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 Nota facilitada por: Jessy




 

TERESA RAMÍREZ, REINA DE LA NATACIÓN

El ombligo de Venus
Edith González Fuentes
08 de Mayo de 2008

Como el Ehecatl: viento al cual los antiguos mexicanos le concedían voz...

Los rugidos de la tempestad y las palabras que pronuncia metiéndose por los resquicios, así calan en lo hondo del espíritu las imponentes obras de Miguel de Cervantes y William Shakespeare, soberbias plumas que —cosa curiosa— trazan su último carácter el 22 y 23 de abril del mismo año, ¡1616!

Regreso con las primeras medallistas olímpicas. Veíamos a la nadadora María Teresa Ramírez. Comenzó sus intervenciones en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Juan Puerto Rico en 1966, con tres preseas de bronce. Por cierto, en esos juegos fue parte de la delegación mexicana el único connacional que ha tenido un récord en natación y ha logrado campeonato mundial.

Hablamos de Guillermo Echeverría, campeón en los mil 500 metros estilo libre en el ya lejano julio del 68 en Santa Clara, California. Además, cruzó el Canal de la Mancha. Gran esperanza para México 68. Desafortunadamente, quedó en un excelente sexto lugar. En esa competencia “El Tibio” Muñoz ganó en su especialidad y Maritere quedó en quinto en los mil 500 metros libres:

“Después de Santa Clara, el equipo mexicano de natación fue respetado. Ahora sí, nos daban carriles para entrenar. Los periodistas nos dedicaban más tiempo… Ya no nos hacían sentir menos. El equipo mexicano de nado se había ganado un lugar con intenso trabajo y buenos resultados.”

¿Dónde quedó el trabajo señores dirigentes? ¿Qué pasó con ese noble esfuerzo? ¡Bah!

Maritere, campeona nacional de velocidad, tuvo una regular actuación en los Panamericanos de Winnipeg 67 y ya para Santa Clara la vemos en competencias de fondo. El cambio se dio desde febrero del 68: los consejos de su entrenador, Ronald Johnson, los del papá de Memo Echeverría y otras circunstancias, como entrenar junto a la nadadora sueca Lisa Lungren, la convencieron de cambiar a pruebas de fondo.

El oxígeno funcionó. En México 68 fue seleccionada para competir en cinco pruebas: 200, 400 y 800 metros libres, combinado y libre de relevos.

Un imponderable evitó que Maritere obtuviera otra presea olímpica. Calificó para los 400 metros libres. En Villa Olímpica tomó el camión equivocado, la dejó a unos cuantos minutos de comenzar la competencia. Llegó agitada y no pudo aflojar como debiera; fue sexto lugar.

El 24 de octubre venció por una décima de segundo a Karem Moras y con ello obtuvo la medalla de bronce. La Alberca Olímpica Francisco Márquez volvía a enloquecer justo dos días después de la proeza del “Tibio” Muñoz.

“Esa noche no dormí; no quise dormir; quería recordarlo todo: desde que empecé a nadar en el Italiano, hasta el momento aquel, tan hermoso, en que vi el nombre de mi país en lo alto”.

En los Centroamericanos de Panamá 70, ganó ocho de oro, una de plata y dos de bronce. La nombraron Reina de la Natación y la mejor deportista de los juegos, por ello su nombre engalana una calle en Panamá.

En Munich 72 mejoró en 13 segundos su récord, sin embargo no estuvo en las finales. Los tiempos habían cambiado: la ciencia médica incursionaba con fuerza. El chiste ya no es competir, es superar marcas.

Carta abierta para Marcelo Ebrard y Joel Ortega: sucedió cerca del teatro Manolo Fábregas. Un conocido dejó sin subir el cristal de su automóvil. Los policías Alejandro Ávila y Guillermo Gómez, de la patrulla P75-14 del Sector Ángel, 1ra. Sección, buscaron con prestancia al dueño y juntos, checaron que la unidad estuviera bien. De estos elementos está necesitado el ciudadano, la sociedad.

Un breve parpadeo: además de los tradicionales festejos, hagamos del día de la madre un eterno día para erradicar la violencia en contra de la mujer.

El Universal (08 de Mayo de 2008)
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