HAY MUCHOS PROBLEMAS SIN RESOLVER;
LA SOCIEDAD MEXICANA SE DESESPERA
El ombligo de Venus
Edith González Fuentes
25 de Octubre de 2007
De injusticias en el básquetbol pasó a campeona panamericana y mundial, a subcampeona olímpica y llegó a ser la mejor atleta en pruebas de velocidad en pista en la historia del país.
La fama, la gloria, no la han hecho perder pista, sigue esforzándose con la ilusión de cosechar nuevos triunfos, de seguir escalando pódium, de mostrar en su pecho oro, plata o bronce a todos los mexicanos, de escuchar el himno nacional con altivez en todos los rincones del mundo.
Ana Guevara enfila un nuevo reto con dignidad y valentía al denunciar malos manejos en la Federación de Atletismo, y lo hace en activo, es más, llama a sus compañeros atletas para que se unan a la denuncia, ¿lo harán? Por lo pronto, ya tiene una nueva medalla por su lucha contra la corrupción.
Fuenteovejuna es un drama sobre el despotismo y la lujuria de un servidor público, el comendador, y el honor de un pueblo. Es la obra cumbre de Lope de Vega, en la cual una población, cansada de ser vejada, mata al mal gobernante. Es puesta en escena —vía versiones libres— continuamente. Los personajes son anónimos, el escenario puede estar en cualquier parte del país, ayer fue en Tláhuac, ha sido “montada” en poblados del estado de Guerrero y la última representación se llevó a cabo en Chimalhuacán.
Los pobladores, hartos del servicio de transporte público que en esta ocasión cobró como víctimas a una mamá e hijo por la irresponsabilidad de un chofer, apedrearon a varias unidades de transporte, con el resultado de varios heridos. No es la primera vez que la gente se amotina para obtener justicia.
Una mujer humilde, indígena yaqui del poblado Estación Oroz, cerca de Guaymas, perdió su casa hace tiempo debido al huracán Juliette. Algunas autoridades le prometieron ayuda, la cual no le fue otorgada en su totalidad.
Henriette, a su paso, dejó a Modesta otra vez sin casa; ella, con esa paciencia y calidez que distingue a la mujer indígena reclama: “Ni modo, hay que volver a empezar, pero espero que ahora la ayuda me llegue más rápido. Me deben lo de aquel huracán y lo de éste; ya me deben doble”, ¿por cuánto tiempo?
El sábado pasado, en la calle Andrómaco, en Polanco, se abrió la tierra: la delegación Miguel Hidalgo culpa a la Setravi por autorizar una torre de 22 niveles; Protección Civil del gobierno del DF le pasó la bolita a la delegación, por otorgar la licencia para construir; además, afirmaron que la torre no cuenta con seguridad estructural. La empresa constructora dice que se debió a un reblandecimiento provocado por fugas en el drenaje, situación que no se puede prever. ¿Quién miente?, ¿tendrá que darse otro cataclismo como el de 1985 para que entendamos? Este tipo de desgajamientos comienzan a repetirse con preocupante frecuencia, ¿qué medidas se están tomando para prevenir desgracias?
Me entero de que en el área natural protegida del Parque de los Dinamos proliferan construcciones de hasta de tres pisos. Éstas, claro está, no se levantan de la noche a la mañana, pero ¿es que nadie se da cuenta de que están en clara violación a las normas contra la destrucción de los bosques?
El Banco Mundial indica que el ingreso per cápita en el país está estancado. El poder adquisitivo corresponde a la cuarta parte del que prevalece en Estados Unidos, la baja productividad provoca un lento crecimiento y rezago salarial. Es de tomarse en cuenta, y nadie puede acusar a ese organismo mundial de populista ni nada por el estilo. Muchas voces apelamos a que se dé un giro al modelo económico; naciones que en términos económicos estaban lejos del desarrollo alcanzado por México ya nos rebasaron: Irlanda, España, Corea del Sur, India y varios más. Desde 1982 se sostiene un proyecto que no beneficia a la población, ¿por qué?
“Duré como media hora tirado en el suelo, sin poderme mover ni arrastrarme; no aguantaba el dolor, era insoportable, hasta que llegó un policía federal…”. Éste hombre de 56 años, trabajaba en una constructora en el estado de Coahuila, cuando una explosión en su trabajo le mutiló las piernas, después de que ayudó a apagar un incendio. Su patrón lo despidió de inmediato por su inutilidad y además le niega la liquidación completa, sólo le quiere dar entre el 10% y 50% con el pretexto de que el accidente ocurrió fuera del horario de trabajo. Murieron tres; él ganaba en promedio 2 mil 500 mensuales. ¿Recurrir a un juicio? Quizá, pero tendrá que esperar años para que se le haga justicia.
Un amigo recurrió a una agencia de viajes de prestigio para planear sus vacaciones. Después de que tres empleadas tomaban sus datos y nadie lo atendía realmente, se vio obligado a dar su queja a la dirección general y hasta entonces le hicieron caso.
El desaliento es grave, preocupante para un país que pujaba fuerte en un pasado reciente.
Esta es parte de la terrible e indignante realidad de México. En lo simple o complejo, en lo macro o mini, por todos los rincones, las cosas no funcionan, faltan estímulos, proyecto, rumbo. Como sociedad civil tenemos que intervenir para que las cosas cambien. La clase gobernante debe entender que no lo está haciendo bien, mucha gente se está desesperando.
Un breve parpadeo: las tradicionales Fiestas de Octubre en Guadalajara fueron un himno a la alegría, a las costumbres. Aventurera fue vista por 20 mil personas en tres funciones, toda una hazaña para una obra de teatro.
El Universal (25 de Octubre de 2007)
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